Selene Salvaje

En encajes tibios de carmín franela
la fantasía reluce incita a la noche
en un vals ligero la luna que riela
danza por tu espalda sin sedas, ni broches,

camina Selene sobre tu piel descalza
en meneo agitado de ardiente gacela
cabalga desnuda en libido derroche.

Aureolas doradas a tu boca se alzan
tu lengua recorre satinada estela,
sus hilos te enredan en excitada noche
te presta su vientre la musa salvaje.

Crepúsculo sangrante y celestial presiente
la diosa de seda galopa en tu carruaje

éxtasis magenta sacude el poniente. 

Ángel Eterno (Dedicado)

Un ángel desde la cuna de su entraña en gozo

mecía con terneza tu albor, delicada,
el sol de del oriente nacía en su mirada
si arrullaba alegre tu saltarín retozo.

Centinela amorosa de prímula en sollozo
derretía en ensueño una blanca utopía
Y en dulcísono acento de suave melodía
semejaba el soplo del mar en alborozo.

De pronto su mirada confundíose con la brisa
en cárdena mañana el mar se hizo querella
y al anchuroso cielo volvió trémula estrella
en lágrimas de oro buscando tu sonrisa.

Entonará un ángel las cuerdas de tu lira
musitando con donaire sus cantos de camena
Y en cúpula plateada la luna que te mira
verterá sus rayos de cálida azucena.

Cuando apague la noche lucíferas galas
y a tus regocijos les persiga el invierno
solo alza tus ojos y en caricia de alas
¡Será heráldica alondra, será tu ángel eterno! 

El Primer Amor

Fui aquella que un día siendo exangüe lucero ​

encendió su farol en tu edén sombrío,​

tropezaron una noche tu cariño y el mío​

Y hubo un cielo niquelado de fulgor entero;​

Perfumada la brisa de azahar y romero ​

difundía balsámica gotas de rocío,​

me extravíe en tus brazos desnudando el frío​

y en acento cándido susurre un Te quiero.​

 Como lluvia dulce de aljófar mañanero ​

o hechizo de luna cuando la besa el río ​

su lumbre enamorada irradió nuestro sendero​

 y un beso angelical como ráfaga de enero ​

cautivó inquieto el corazón vacío.​

-Yo nunca he de olvidar el amor primero-

Dime, Dime Primavera

 

Dime, dime primavera
¿Qué fue de aquel jazmín siempre risueño?
Vanidosa en tu pelo lo colgabas,
la vida proseguía y tu sin dueño,
de amarlo dulcemente, te olvidabas.

Dime, dime primavera
¿Qué fue de aquellos labios de azucena?
¿Los besaron las aves de carroña,
dejaron tu corola sin colmena
y enterraron en tu alma la ponzoña?

Dime, dime primavera
¿Qué fue de esos tus hermosos ojos,
tus primorosos ojos clavelina?
¿Acaso les clavaron las espinas
y te has quedado ciega entre abrojos?

Dime, dime primavera
¿Qué fue de tus exóticos perfumes
de melisas, carlinas, y castaños?
¿Acaso, marchitaron con los años
que su aloe de miel ya no presumes?

Dime, dime primavera
¿Qué fue de aquellos campos de amapolas?
tu misma te extasiabas en locura
y en abril cosechabas su dulzura
¿Acaso se han quedado sin corolas?

Dime, dime primavera mimosa
te ufanas de ser gúmena de seda,
tras el rayo de sol ya no te queda
ni el néctar, ni el perfume, ni la rosa.

Tuya Es La Noche Triste Poeta (Gil Polo Espejo)

Triste poeta vagas solitaio 

en esta noche efímera de ensueño,

nodriza núbil de fugaz diseño

al mármol torna el triste elucidario

¡Mira un cometa! riela en la techumbre;

dombo de lumbre

suave titila,

oro destila

en tu tintero

¡Y ese lucero!

guinda su luz de mágica silueta,

¡Tuya es la noche soñador poeta! 

Tuyo es el orbe finos sus joyeles,

resplandecen en ámbares doseles.

Tuya es la luna, 

 como ninguna

destella brillo

de su cintillo.

¡Eres artista! 

Que amáis pulir en ágata amatista

el ébano cenit del universo, 

¡Tu fina pluma al fin conquista el verso! 

Hilos de plata los follajes doran, 

en negra noche los poetas lloran.

Habìa Una Vez Una Luna

Había una vez una luna de roto espejo
sin celofanes, ni sedas perladas
se bebía la noche de vino añejo
entre espejismos de lírica plateada.

Había una luna vacía de reflejos
cráteres de sombra y ella colgada
de celeste mar, se avizora desde lejos
en la espesa selva de fronda obnubilada.

Y esa luna sin antorcha, ni lucero
ente lava y ceniza y cenicero
recitaba al ébano de noche

y hacía de su pálida vislumbre un derroche,
se dice que un día en la mar se ahogó
y esa luna, esa luna era yo.

Bolero a Su Ausencia

Hoy retorna su recuerdo

a recorrer mis rincones,

la guitarra en tristes sones 

de pena vuelve a llorar.

Al saberlo tan lejano

me abandona toda suerte,

quiera Dios que con la muerte

halle alivio mi pesar.

¡Ay guitarra compañera!

Vibra tu eco de congoja

y en mis lágrimas se moja

tu cansado diapasón.

Vago silente y cansada

entre sombras, taciturna,

tu serenata nocturna

me lleve hasta su balcón.

Esta vacía mi alcoba

solitaria la campiña

e inconsolable esta niña

con su triste soledad.

Se fue sin decirme adiós

y es su ausencia mi quebranto,

dile guitarra en tu canto:

le amaré una eternidad

Dile que desde aquel día

que se dio “la media vuelta”

dejo mi alma tan disuelta

en un vino de jerez,

Cántale en un bolero

que es ”mi rayito de luna”

que lo amo como ninguna

con “solamente una vez”