Fui
aquella que un día siendo exangüe lucero
encendió
su farol en tu edén sombrío,
tropezaron
una noche tu cariño y el mío
Y hubo
un cielo niquelado de fulgor entero;
Perfumada
la brisa de azahar y romero
difundía
balsámica gotas de rocío,
me
extravíe en tus brazos desnudando el frío
y en
acento cándido susurre un Te quiero.
Como lluvia dulce de aljófar mañanero
o
hechizo de luna cuando la besa el río
su
lumbre enamorada irradió nuestro sendero
y un
beso angelical como ráfaga de enero
cautivó
inquieto el corazón vacío.
-Yo
nunca he de olvidar el amor primero-